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El poder transformador de una maestra

diario de una emprendedora May 15, 2024

Cuando iba en sexto de primaria, la maestra Chelo organizó una salida al teatro para ver la obra "Los tenis rojos", era un grupo pequeño de niñas, yo tenía muchas ganas de ir, pero mi familia estaba pasando por un mal momento, la maestra lo sabía y me invitó, pago todos mis gastos.

Estaba tan emocionada que me vestí con lo mejor que tenía: un overol de mezclilla color negro parduzco de lo deslavado que estaba, blusa blanca y unos tenis. Y ahí estaba yo, en la parada del autobús junto con otras niñas y algunas mamás...

Cuando miro en retrospectiva, me doy cuenta que ese acto de bondad significó mucho para mi, alegró mi día de mil maneras, me  hizo imaginar otros mundos donde se podía sonreír, cantar, bailar, jugar, prosperar. Tuve la certeza de que los sueños se cumplen y que hay gente muy buena. Entendí que una mujer apoya a otras, sin juzgar, solo por amor, por humanidad. 

La enseñanza es la profesión más generosa del mundo y la que más impacto tiene en el desarrollo. Nunca quise ser maestra, nunca me imaginé en un aula dando clases, siempre me vi como una mujer de negocios o algo parecido, vestida como las ejecutivas de Nueva York, viajando por todo el mundo, con mucho dinero y un novio guapo.

Me convertí en empresaria y mi propósito es enseñar a las mujeres a crear la empresa de sus sueños. Terminé siendo maestra sin querer queriendo, a mi manera. Me hace muy feliz. 

Todas las personas, de alguna u otra manera, estamos enseñando algo. Enseñar es una responsabilidad enorme, uno nunca sabe el impacto que puede tener en la vida de alguien. Repartamos bondad. 

Para todas aquellas personas que se han cruzado por mi vida y me han enseñado algo, ¡muchas gracias!, espero estar honrando sus aprendizajes.

 

¡Felicidades!