Escribir: una poderosa herramienta de autodescubrimiento

A los 13 años empecé a escribir diarios para comprender el mundo que me rodeaba. Una simple libreta y un bolígrafo se transformaron en mis confidentes más leales en momentos de incertidumbre, proporcionándome un refugio donde podía expresarme sin prejuicios. Escribir un diario implica entablar una conversación íntima contigo misma, explorando tus emociones y patrones de pensamiento, desentrañando aquello que te asusta o incomoda, y plasmando tus anhelos para no dejarlos en el olvido.

Amo escribir.

Escribo para dar voz a mis emociones y enfrentarlas.

Escribo para sanar las heridas de mi alma. 

Escribo para esbozar sueños.

Escribo para diseñar mi futuro.

Escribo para reflexionar sobre mis decisiones.

Escribo para desahogarme de un mal día o de una mala experiencia.

Escribo para poner en orden mis ideas.

Escribo para cuidar de mí misma.

Escribo para imaginarme otra vida.

Escribo para dar forma al trabajo de mis sueños. 

Escribo porque me reconforta y lo disfruto.

Al escribir un diario, estás construyendo tu propia narrativa, dejando un testimonio escrito de tu travesía por el mundo y revelando cómo pensabas y sentías en diferentes etapas de tu vida. No existe una única manera o método para iniciar este viaje; lo esencial es tener una libreta y una pluma, y lanzarse a escribir sin juzgarte, permitiéndote fluir sin preocuparte por hacerlo bien o mal. 

Las libretas de la imagen me las obsequió Rosy Aceves, una artesana de los Altos de Jalisco. Una libreta artesanal siempre será un buen regalo.